Llegamos a Guayaquil el 6 de junio, tras dos días de viaje desde que salimos de Lima, Perú.
Al llegar nos recibió Guido, un estudiante guayaquileño, amigo de Couchsurfing, super hospitalario.
Pasamos tres noches ahí antes de partir hacia Montañita, en la costa.
Guayaquil es una muy bonita ciudad, con toques modernos y coloniales. Entre paseo y paseo por la ciudad, Vicky, Fran y yo, pasamos tiempo con Guido, jugando cartas, compartiendo mates y música.
Días mas tarde, partimos a nuestro ansiado y próximo destino, la costa del Ecuador, mas precisamente a Montañita.
Después de algunas pocas horas de bus, nos bajamos en la entrada del pueblo y caminamos por la ruta algunas cuadras, directo al camping de Vito. El lugar nos lo habían recomendado otros amigos de ruta con quienes nos reencontramos al llegar.
"Lo de Vito", estaba sobre la playa, a metros del mar, ahí nos quedamos a acampar los tres por un par de noches. Si bien el lugar era muy lindo, su dueño era poco amigo de la higiene y algo alérgico al mas mínimo trabajo de mantenimiento y con una locura importante, que menguaba solo cuando estaba algo sobrio...
En fin, tres días mas tarde, Vicky y yo partimos en busca de un lugar minimamente mas cómodo.
La mayoría de los mochileros o mucho de ellos, llegan a Ecuador o a Montañita, ilusionados con la idea de trabajar fuerte y juntar algunos buenos dolares para seguir viaje, una especie de tierra prometida, y nosotros de algún modo, también creímos lo mismo.
Lo cierto es que estas posibilidades existen, pero de octubre en adelante, en la temporada alta. En junio poder vender artesanías o conseguir un trabajo temporario es bastante mas complicado. Aunque intentamos ir contra los pronósticos...fue un poco complicado juntar el dinero del día.
Montañita, es para la gran mayoría de quienes pasan por ahí, una especie de agujero de la perdición. Porque a pesar de su pequeño tamaño y de la temporada baja, hay una increíble oferta de bares y boliches, son los principales locales comerciales del pueblo, que tiene solo cinco cuadras de largo entre la playa y la ruta. Es común en tiendas, almacenes, hostels, ver parlantes con música fuertísima desde temprano y hasta muy tarde. Si me lo permiten, recomiendo a todos los que visiten Montañita, busquen un lugar alejado del centro para alojarse, si es que planean dormir al menos un rato en su estadía.
Muy cerca de Montañita, hay otras playas hermosas y mas tranquilas como Los Frailes y Olón, a esta ultima se llega después de caminar mas o menos media hora por la ruta o tomando un bus, aunque la caminata merece mucho la pena.
Días mas tarde y firmes con nuestro objetivo ( o necesidad) de llegar a una ciudad donde poder trabajar un rato, nos paramos en la ruta a hacer dedo, esperando que alguien nos acerque a Manta. Esta es una ciudad portuaria muy grande, a poco mas de dos horas de Montañita.
Así fue, que tras algunos minutos de esperar al costado del camino, un camionero que transportaba gas, freno el supercamión que conducía y allí nos subimos.
A pesar de los riesgos de viajar a dedo, Ecuador, parece ser un lugar muy seguro para los viajeros que quieran trasladarse de esta forma.
Francamente el paisaje, entre el mar Pacifico y las sierras, es fantástico, y sentada en la parte delantera de un camión, se puede ver mucho mas y mejor que desde la ventana de un bus o carro.
Nos bajamos del camión en un cruce de caminos bien transitado, una hora antes de llegar a Manta, nuestro amigo camionero tenia que desviare desde ahí.
Finalmente a eso de las doce del mediodía llegamos a la ciudad. A nuestros ojos, Manta resulto en un terrible desencanto. Muy caótica, bastante sucia, playas contaminadas en general, por la industria pesquera y fundamentalmente carisma!! Después de algunas horas ahí, tomamos un bus en la noche con destino a Quito, la capital de Ecuador...



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